3 de diciembre de 2013

No poesía para no iniciados


Llegué tarde a casa 
y encontré a mi cupido 
en el escalón de mi portal 
borracho perdido. 
No es un cupido convencional, 
en lugar de alas 
porta en la espalda 
dos crestas moradas, 
en los ojos lo que pudieran ser ojeras 
o rímel desteñido de plañidera, 
una chusta entre índice y anular
y entre bota y bota desabrochada 
un charco de pota sin clasificar.

Jandro Güell.

No hay comentarios: