15 de octubre de 2012

Creencias



- ¿Tú crees en dios?
- Pues, yo que sé, sí supongo, hice la comunión.
- ¿Qué clase de respuesta es esa? Ningún niño hace la comunión porque crea en dios, los obligan los padres, la educación, la tradición.
- ¡Eh, eh, que algunos sí que creen! Hasta se confirman y eso.
- Y tú me confirmas diariamente que eres tonto.
- Lo que está claro es que tú no crees en absoluto.
- ¿Y tú que sabes?
- Pues porque cuando nombras a Dios lo haces en minúsculas, no como nombre propio.
- Buen… Yo… es que… ¿Cómo sab…?
- ¡Qué quieres que te diga! Se nota. Pero, en fin, en algo hay que creer, no sé es propio del ser humano, nos ayuda a entender cosas, nos guía, nos da calma, es práctico.
- ¡Es práctico! Menudo religioso estás hecho. No des más argumentos que estás pisoteando el Catolicismo.
- ¡Eh, que yo no he dicho que sea Católico! Simplemente imagino que existe algo por encima de nosotros mismos, mejor que nosotros, que da sentido a la vida y a la muerte, me da igual cómo lo llames, me vale cualquier religión; es más, pienso que la religión es un invento del hombre, o si fue de Dios la cagó dejando que nosotros la administrásemos. Lo que hemos conseguido es pervertirla, utilizarla en beneficio de unos pocos y como manipulación de otros muchos.
- ¡Ya! Tú eres de esos que odia a la iglesia pero acude a sus creencias o supersticiones cuando está desesperado, ante una enfermedad, cuando teme por su trabajo o… a la muerte.
- No, cuando estoy follando.
- Pe, pero. Pero tú…
- Sí, sí. Es que me parece algo tan cojonudamente bueno que pienso que es obra divina, o del Diablo, que en el fondo es también religión, no sé.
- ¿Y si te masturbas también piensas en dios?
- ¡Qué gracioso!
- Bueno, es sexo, tendrá alguna relación.
- Pues no listo, además, cuando me masturbo siempre fantaseo con tu hermana Pili.
- ¡Cómo te pasas!
- ¡Es que está muy buena!
- No te entiendo. No sé si me hablas en serio o me estás vacilando. Estás tan “colgao” que me pones nervioso.
- Y ¿Para qué me preguntas entonces?
- Mea culpa, mea culpa.

Jandro Güell.

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