- ¿Qué te pasa? Tienes una
cara muy rara.
- ¿Rara cómo?
- No sé, seria.
- No me pasa nada. Bueno,
pienso en el futuro.
- ¡En el futuro! (una
ligera risa) ¿Se puede saber qué significa eso? ¿Qué es lo que vas a hacer de
mayor, si vas a tener hijos o cuantos, si los coches volarán en 2025?
- No te rías de mi.
- Es que me lo pones a
huevo, cariño.
- Pienso en cuándo me
dejarás.
- No te entiendo... otra
vez.
- A ver. Sé que me
dejarás, algún día, pero el problema es que no se cuando.
- ¡A qué viene esa tontería!
Sabes que te quiero ¿Por qué voy a dejarte?
- Claro que sé que me
quieres, se nota, cada día me lo demuestras con creces. Yo no he dicho que no
me quieras.
- Entonces no entiendo
nada. Hazme el favor de no decir tonterías. Haznos el favor.
- No es ninguna tontería.
Lo que intento explicarte es que sé que me quieres tan bien como sé que no soy
la persona a quien más has querido y eso no se puede cambiar.
- Eso lo dirás tú.
- No queremos dos veces
igual, ni decidimos cómo queremos o cuanto. No hay dos relaciones iguales
porque todos somos distintos aunque algunos compartamos ciertas cualidades,
gustos o defectos que nos agrupen de algún modo. Aunque eso no es suficiente.
- Déjalo ya, por
favor. Te quiero mucho. Eres la persona más importante para mí desde hace mucho
tiempo.
- Cuando quieres a alguien
tanto o más que a ti mismo es algo que no cambia con el paso del tiempo. Eso es
debido a que las personas, en esencia, no cambian. Y da igual el daño que te
hayan producido.
- Eso es una estupidez.
Está claro que quieres discutir y a mí no me apetece. Sabes que hay páginas que
pasé hace mucho tiempo, es más, hay libros que ya cerré definitivamente y no me
apetece releer.
- Pero y si ese libro
llega a ti reeditado, con portada nueva, con un prólogo prometedor. Algo que
avive tu interés.
- Pues no me he parado a
pensarlo. Lo que sí sé es que no me gustan los mismos libros que leí cuando era
niño. He evolucionado como lector. Estoy satisfecho con mi biblioteca actual.
- Mi problema es que estoy
convencido de que no eres rencoroso, por lo menos no como yo. Eso es lo que me
da miedo.
- Miedo, ¿de qué puedes
tener tú miedo?
- Esa es fácil: De que me
vuelvan a hacer daño.
Jandro Güell.
3 comentarios:
Hay un par de citas por ahí que me gustan mucho. La primera es la útópica, la que debiera ser, la bonita, y no recuerdo quien lo dijo pero dijo que "Vivir con miedo es vivir a medias".
La otra es más del día a día, para cuando nos coge el miedo, que al final nos coge. Es una canción del Canto del Loco, se titula "Y si el miedo". A mi me gusta mucho.
Un saludo!
El pasado sólo debe servir para conseguir un mejor presente, no para cuestionarlo... no crees?
Sí, las citas bonitas están para dar consejos, pero cuando se trata de aplicárselo a sí mismo es otro tema... jeje, a pesar de todo, como siempre te intentan fortalecer hay que "intentar" hacerles caso. Lo mismo de repente, mientras te sientes fuerte... te haces fuerte! :)
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