7 de febrero de 2012

Mi libro favorito


- ¿Qué te pasa? Tienes una cara muy rara.
- ¿Rara cómo?
- No sé, seria.
- No me pasa nada. Bueno, pienso en el futuro.
- ¡En el futuro! (una ligera risa) ¿Se puede saber qué significa eso? ¿Qué es lo que vas a hacer de mayor, si vas a tener hijos o cuantos, si los coches volarán en 2025?
- No te rías de mi.
- Es que me lo pones a huevo, cariño.
- Pienso en cuándo me dejarás.
- No te entiendo... otra vez.
- A ver. Sé que me dejarás, algún día, pero el problema es que no se cuando.
- ¡A qué viene esa tontería! Sabes que te quiero ¿Por qué voy a dejarte?
- Claro que sé que me quieres, se nota, cada día me lo demuestras con creces. Yo no he dicho que no me quieras.
- Entonces no entiendo nada. Hazme el favor de no decir tonterías. Haznos el favor.
- No es ninguna tontería. Lo que intento explicarte es que sé que me quieres tan bien como sé que no soy la persona a quien más has querido y eso no se puede cambiar.
- Eso lo dirás tú.
- No queremos dos veces igual, ni decidimos cómo queremos o cuanto. No hay dos relaciones iguales porque todos somos distintos aunque algunos compartamos ciertas cualidades, gustos o defectos que nos agrupen de algún modo. Aunque eso no es suficiente.
- Déjalo ya, por favor. Te quiero mucho. Eres la persona más importante para mí desde hace mucho tiempo.
- Cuando quieres a alguien tanto o más que a ti mismo es algo que no cambia con el paso del tiempo. Eso es debido a que las personas, en esencia, no cambian. Y da igual el daño que te hayan producido.
- Eso es una estupidez. Está claro que quieres discutir y a mí no me apetece. Sabes que hay páginas que pasé hace mucho tiempo, es más, hay libros que ya cerré definitivamente y no me apetece releer.
- Pero y si ese libro llega a ti reeditado, con portada nueva, con un prólogo prometedor. Algo que avive tu interés.
- Pues no me he parado a pensarlo. Lo que sí sé es que no me gustan los mismos libros que leí cuando era niño. He evolucionado como lector. Estoy satisfecho con mi biblioteca actual.
- Mi problema es que estoy convencido de que no eres rencoroso, por lo menos no como yo. Eso es lo que me da miedo.
- Miedo, ¿de qué puedes tener tú miedo?
- Esa es fácil: De que me vuelvan a hacer daño.


Jandro Güell.

3 comentarios:

sacris dijo...

Hay un par de citas por ahí que me gustan mucho. La primera es la útópica, la que debiera ser, la bonita, y no recuerdo quien lo dijo pero dijo que "Vivir con miedo es vivir a medias".

La otra es más del día a día, para cuando nos coge el miedo, que al final nos coge. Es una canción del Canto del Loco, se titula "Y si el miedo". A mi me gusta mucho.

Un saludo!

Mayka dijo...

El pasado sólo debe servir para conseguir un mejor presente, no para cuestionarlo... no crees?

Mayka dijo...

Sí, las citas bonitas están para dar consejos, pero cuando se trata de aplicárselo a sí mismo es otro tema... jeje, a pesar de todo, como siempre te intentan fortalecer hay que "intentar" hacerles caso. Lo mismo de repente, mientras te sientes fuerte... te haces fuerte! :)