5 de febrero de 2012

La Lavadora

A veces todo gira.
Giran los días, giran las semanas y sobretodo las horas. Pasan una y otra vez por delante de uno. Diferentes pero aparentemente iguales, casi idénticas. Te desorientas, te pierdes. No eres capaz de concretar la fecha en la que vives.

Y en medio del remolino temporal te desenvuelves, llegas a confundirlo con la rutina sin darte cuenta que eres Tú el monótono. El incapaz de alterar ese movimiento rotatorio, que es centrífugo pero te mantiene en su centro, en su ojo.

Es más, si tu ciclo incluye vacaciones, momentos de relax, hasta los años pasan de largo y no sabes cómo ha sucedido. 

Y, de vez en cuando, das un paso oblicuo que se aleja de la línea espiral y es cuando todo cambia. El tiempo se dilata, comprendes que las opciones se multiplican y que no hay por qué repetir lo mismo de ayer. No tienes que comer a la misma hora, dormir cuando los demás lo hacen o follar los Sábados por la noche porque mañana es festivo. Y esto es lo que nos salva, nos da aire, espacio, nos desperezamos y reactivamos para, al poco, volver a la postura fetal necesaria para el "Sistema" dominante*.

Venga. Acurrúcate. Entra en la lavadora. Aclárate las ideas pero sin dejar que te las laven.


*Que es poderoso pero no invencible.


Jandro Güell.

1 comentario:

sacris dijo...

La vida da tantas vueltas que a veces nos mareamos y nos desorientamos y nos cuesta situarnos en el camino correcto.

Un saludo!